jueves, 10 de febrero de 2011

Cómo ser malvado, o el sueño de una noche de verano

Mira a ambos lados de esa calle que tú conoces. Respira hondo, luego contén el aliento y ¡hazlo! Ahora sal corriendo antes de que los vecinos se asomen a ver qué ha ocasionado el estruendo. De todas formas los conoces, así que podrías mentirles en caso de necesidad y decir que ha sido otro.
Muy bien, ya has corrido, doblado la esquina y te has alejado lo suficiente. Ahora contén la risa, no vaya a ser que eso te delate cuando mires hacia atrás y veas a la gente asomándose a las ventanas, perpleja con el espectáculo. Has alterado sus ordenadas vidas, y eso no les va a gustar, pero....ha merecido la pena. El miedo, la emoción, la carrera, el aire en la cara, la claridad de pensamientos... estás vivo, eso te gusta, así que ¿porqué no mostrárselo a todo el mundo?
Observa ahora a tu siguiente víctima. Está inmóvil, vieja y desgastada antigualla...¿Estás listo para salir corriendo otra vez? Si, ya has recuperado la respiración...cuenta hasta tres....¡Ahora!
Una patada tuya y otro contenedor volcado. Entre carcajadas contenidas, corres mientras te sientes vivo otra vez, dispuesto a comerte el mundo y creyendo que nada puede detenerte...sueña...

Porque todos hemos sido malos alguna vez, y sabemos lo divertido que es. Sobre todo porque conocemos el camino de vuelta.

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